
Creo en ti. Ciega y plénamente. ¿Existe otra forma de creer? No, no creo en casi nada y en casi nadie, pero confío en ti. Ahora y siempre.
No creo en la distancia, pues esta se muta fácilmente en tiempo y por no creer ni en el tiempo creo. Creo en la copa que tengo delante y que nos dice que el tiempo se puede parar. Creo en este vino. Creo en ti.
Nota: Fotografía perteneciente al sitio Flickr! de Emmanuel Frezzoti quien ha tenido la amabilidad de permitirnos publicarla como imágen en este post.
Me suena ese vino…
Sin más. Momentos mágicos.
🙂
Abrazotes.