Sé bien que no son horas para casi nada y aun menos para cocinar, pero en todas las horas que un día tiene ¿cuántas cosas hacemos o dejamos de hacer queriendo y sin querer? ¿cuántas decimos o dejamos de decir? Esta, una más, apenas se notará quizá. ¿No crees? Sé que no debiera y sin embargo…
Guisar, quizá más que cocinar, es una palabra preciosa. Sí, lo sé, tampoco son horas para guisar, pero cualquiera que sea la hora si no guiso para ti me entristezco; pues al guisar, cada plato, escribe tu nombre con sonrisa intercalada.
Quizá no sean horas, si bien picamos con toda la tranquilidad del mundo un par de filetes de pez espada. Emperador despojado de su traje. Trocitos muy pequeños, que iremos dejando en un bol, para que cuando hayamos terminado les añadamos media lata de huevas de bacalao y repetimos el gesto que podriamos hacer dormidos: sal, pimienta negra y perejil picado. Haremos, entonces, pequeñas bolitas que freiremos en fuego tenue una vez pasadas por harina, para tener unas albóndigas todo delicadeza y que apenas doradas apartaremos para que esperen a la salsa que las dará sentido.
Intentando no despertar a nadie vamos a abrir unos mejillones al vapor y a unirlos tranquilamente a una cebolleta rehogada, vino blanco que reducimos hasta la mitad y un buen arreón de nata, una pizca de azafrán y reducir, reducir, reducir… Hasta que nos estemos aburriendo y entonces…sshhhh… lo pasamos por la batidora rápidamente, para después colarlo.
Ahora sí, añadimos las albóndigas de pez espada a esta salsa con sabor a mar y dejamos que se templen unidas unos momentos antes de la alborada y así, haberte guisado antes de que llegue otro día por estrenar.
Y llegará el momento de almorzar y las albóndigas habrán reposado, haciendo tiempo, para que las comamos y disfrutemos junto una copa de un vino que no se espera; un vino llamado Ovni que esperas dulce y es seco, que trae recuerdos y futuros, que trae el mar y trae la brisa, que nos trae la templanza de lo inesperado.
Sé bien que no eran horas y sin embargo…
Nota 1: Imagen proveniente del blog Saludos Cordiales
Nota 2: Esta botella me fue remitida a coste 0 por el distribuidor. La siguiente botella ya está pagada de mi bolsillo