Caminar, bajo la calma cortina de agua; al abrigo de la lluvia que, aún fría, te da el calor de sentirte vivo. Como busco y necesito la lluvia de otoño, te busco a ti. Caminar, con los ojos cerrados, sobre una manta de hojas caidas que, ya ves tú lo prosaico que soy, me hace reir al pensar que es como caminar sobre patatas fritas. Caminar, como ese mirar atávico el fuego de la chimenea o de una vela, pues tanto da, mientras la lluvia sigue y sigue cayendo.
Un garabato, dos latidos. Una receta, un plato, en el que un borrón es un amor a primera vista. Tú me das el aire; yo pongo el almuerzo. Sonrío sólo con pensar en ti. Sonrío sólo al pensar en ti. Y sentir, y saber, y comprender, que acostumbrado a vivir sin ayer, aprendo a vivir sin mañana. ¿Pero hoy? Hoy te cocinaré una vez más. Te guisaré la tierra y te guisaré el mar.
Y que es la arena, que en las olas habita, el trocito de tierra que la mar tolera. Que son las negras y blancas piedras, que los ríos le llevan, el recuerdo que sólo antes fue olvido.
Tierra. Mar. ¿Te imaginas un guiso sin cebolla? ¿te lo imaginas sin ajo? Yo tampoco me imagino un guiso sin ti. Los rehogamos pausadamente, junto al pimiento rojo, mientras dejamos que se atemperen los garbanzos y la manita de cerdo que habremos cocido, con sus avíos, por separado y cuyos caldos mantenemos así. Cuando el rehogado esté preparado añadimos un par de cucharaditas de curry rojo y enseguida unos chipirones troceados. Cuando el chipirón cambie su forma y coja color añadimos el caldo, más de uno que de otro o más de otro que de uno, como tú quieras, pero me gusta el equilibrio que da el añadir más de garbanzos que de manitas. Sumamos, entonces, los garbanzos y la manita troceada, y sin tropiezos, y dejamos que cueza a fuego suave el tiempo que necesitemos. Que los sabores se multipliquen, que el guiso quede trabado, que no aguantemos más sin probarlo… Por último y con los platos ya servidos pasamos por la plancha los tentáculos, que añadirá otro sabor más a este plato. No hay nada más. Nada más que el sabor de tu mirada.
… y acariciar tus labios para, un instante después, probar este plato, beber una copa de vino. Alvarinho Dorado dice que se llama y que contiene toda la pausa que le ha dado el tiempo; todo lo calmo que necesitamos. Volumen, oleoso, acariciante. Equilibrio.
¿Qué nos queda entonces? Leer, guisar y amar, sin descanso. Leer, guisar y amar, siempre, por encima de nuestras posibilidades. Leer, guisar y amar para ser lo más revolucionario del mundo: felices.
Nota: Esta vez la fotografía es mia.
Interesantísimo marmontaña, y cómo está ese 2001. El otro día me arrepentí de abrir un 2005. En pañales.
Hola Mariano,
este mar y montaña está tremendo. Me ha costado unos cuantos meses pulir el plato. No tenía receta, sólo vi una foto del mismo y el título y me quedé prendado. ¡Eso tenía que estar bueno sin ninguna duda! De modo que me puse a hacer pruebas de cantidades de caldo, proporciones, puntos de cocción y curry a utilizar hasta que he llegado, al quinto intento, a la proporción que más me gusta y es la que he publicado.
El vino está muy rico. Eso sí, hay que tener en cuenta que quienes esperen las notas habituales de albariño patrio no lo va a encontrar. Se muestra mucho más reposado, oleoso en boca y quizá oxidativo desde el punto de vista, quizá, más riojano del asunto y por describirlo de algún modo. Tengo pendiente probar alguna añada más cercana, de modo que pueda tener una somera perspectiva de cómo se mueve este vino con los años. Un vino, que con esta edad y esa añada, me ha resultado muy recomendable.
Saludos,
Jose
Desafortunadamente, y quitando gloriosas excepciones tipo Leirana, Tricó, la última añada de Albamar (descubrimiento!!!) o algunos Ferreiros, las notas habituales del albariño patrio se parecen más a un Kas multifrutas que a lo que sale de la viña.
Lo que hace Marcial es albariño puro y duro. Sin ambages. El problema que tiene eso es que en sus primeros años (sobre todo si hablamos de añadas frescas) son intratables. Ahora el 2007 empieza a estar bebible…
Por el precio que tienen tanto Dorado como Auratus, mi consejo es que te hagas con lo que puedas, porque nunca se sabe…
El Albamar no lo conozco. Me lo apunto. El Tricó 2009 me encantó, ¡por fin un albariño del que podía decir eso! Todavía tengo alguna botella. El Leirana lo probé hace años y no me resultó nada para recordar. Tengo otra botella pendiente de probatura, para ver si me cambia la opinión.
Con respecto a este Dorado, es para comprar más botellas, pero tengamos en mente su precio. Está por encima de 20 EUR y a ese precio el comprar botellas, en plural, se hace dificil.
¿El 2007 está muy crudo? El 2001 lo sentía maduro. No lo dejaría otros cuantos años más, la verdad. Claro, que esto de jugar a pitoniso tiene sus cosas. Opinaba lo mismo del Schoffit Cuvée Caroline 2001, del que ya escribí en el blog hace tiempo, y mucho tiempo después de beberlo por primera vez sigue estando estupendo.
Saludos,
Jose
Hola a ambos.
Mariano, has descubierto Albamar? Bien!
Es un Albariño al que, sin que me una nada especial con sus elaboradores, le tengo cierto cariño. Lo he comprado un par de veces, por cajas, en casa de Xurxo (el enólogo, a la vieja usanza. Pasando a la «sala de catas» de su casa, donde te bebes una jarra de albariño recién sacado del tonel mientras te ponen de tapa, por ejemplo, una raya a la gallega impresionante!
Un buen Albariño, de los tradicionales.
Saludos.
¡Ole ahí! De tapa, una raya a la gallega 😀 😀 así, sin anestesia 😀 😀
Saludos,
Jose
Nunca me he atrevido con estos mar y montaña. Me da a mí que no me van a salir como debe ser. Prefiero probar los de otros 🙂
Tricó 2009, de los mejores Rías Baixas que he probado, sin ninguna duda.
Si te cruzas con Albamar, dale una probada.
Saludos.
No tienen mayor complicación que cualquier otro guiso, es decir, poca complicación a poco que uno esté acostumbrado a guisar 😉
Lo que sí me ha sorprendido mucho últimamente es lo reticente que es la gente hacia esto del mar y montaña. Malpensaba que eran más habituales de lo que parecen ser.
Saludos,
Jose
Yo guisar guiso, sin miedo ninguno, pero no se, nunca me he atrevido con este tipo de platos.
Habituales? Pues no lo se. Yo ahora mismo recuerdo unas vieiras con virutas de Joselito que estaban de escándalo (las intenté imitar, pero no salieron como debían).
Lo de la raya a la gallega, la prepara la madre de Xurxo, y está de escándalo.
Saludos.
Pues hombre, que esto de rascar y guisar todo es empezar 🙂 … con virutas de Joselito…. es que eso va bien con cualquier cosa. Como decía mi abuela: Me gusta hasta en la cabeza de un tiñoso.
Como seguro que quedaba alguna mano de ministro de este guiso se me ocurre que cocida y deshuesada y envuelta en papel film la metemos en la nevera dándole forma de chorizo o salchichón. Al enfriar se forma como un fiambre que cortado en rodajas gruesas lo pasamos por la plancha y está de escandalera, pero aun mejor si lo acompañamos de unos langostinos a la plancha o cigalas si nos ha tocado alguna lotería y una salsa hecha con sus corales… Mortal.
Saludos,
Jose
Ahora que hablas de langostinos o cigalas….también recuerdo unas cigalas envueltas en jamón ibérico que quedan de lujo (cigalas medianitas, cada una envuelta en una loncha de jamón ibérico, al horno unos minutos y luego por encima un chorreón de aceite de oliva con cebollino).
Las manitos de cerdo….hay cosa más deliciosa que ir rechupando esos huesecillos notando como se queda el paladar pegajosete?
Saludos.
Bien ricas deben estar así. Algo parecido sí he probado con carabineros (de los pequeños, claro); arropadillos, para que no pasen frío, por una loncha cuasitransparente de tocino. Golpe de horno muy breve, lo justo para que el carabinero apenas se cocine y para que el tocinillo se funda sobre él… ¡Me está volviendo a entrar hambre a estas horas!
Saludos,
Jose
Uau… cuanto me he perdido en todo este tiempo, pero de ahora en adelante es que no me pierdo nada. ¿como estás? Hace tanto tiempo… yo mucho mejor y con miles de proyectos en mente. Espero no perderme nada de lo que pongas. Y
Miles de besos
Hola 4E,
ya sabes cómo es esto. Todos aparecemos y desaparecemos por temporadas 😉 Te leo puntualmente, aunque en silencio-radio, y me alegro mucho de cómo ha ido mejorando todo. ¡Ánimo con esos proyectos!
Sotes.