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Archive for the ‘Riesling’ Category

– Ha pasado tiempo… Mucho…
– Sí…

Contesto, escondiendo toda mi timidez tras apenas dos letras.

– ¿Cuánto hace?
– No sé, no lo recuerdo… Mucho…

Miento. Sí lo sé. El olvido nunca fue opción.

Y entre el bullicio guardamos silencio. No te miro, no me miras; y nos miramos. No te hablo, no me hablas; nos hablamos. Callamos.

Y como entonces, en silencio, volver a cocinarte para volver a tu mirada.

Ausente me doy cuenta de que son los morteros como un amor, pues a poquito que lo cuides durará toda una vida. En el mortero granos de coriandro y cardamomo, que en breve acompañarán a la cebolla y ajo que ya se están rehogando tranquilos en la cacerola. Mientras, en otro recipiente, estamos preparando un caramelo suave con azúcar moreno, al que le añadimos unos bastones de berenjena escaldada y una mezcla que también ha conocido el mortero: Ajo, anchoa, tomate, cayena y vinagre de Jerez. Con esto preparamos una sabrosa mermelada de berenjena, que no es dulce, no es picante, no es ácida, si no una deliciosa suma de sabores.

A esa cacerola, en la que se rehogaba la cebolla y el ajo, le añadimos las especias, junto a una pizca de cúrcuma y otra de curry. Que cojan calor, sin quemarse, para que inunden la estancia de olores y promesas a nuestro paladar. Añadimos entonces el perfumado arroz basmati, que apenas cubriremos de agua y cocinaremos unos minutos a cacerola tapada. Este perfumado y sabroso arroz se hará mientras terminamos los demás intervenientes.

Doramos apenas un diente de ajo fileteado de igual modo que el jengibre fresco y todo junto se lo añadiremos a la berenjena que estamos confitando; y cuando veamos que a esta apenas le queda líquido, añadimos un toque de vinagre de sidra y otro de salsa de soja. Mezclamos bien para que se unan toda esa cantidad de sabores y olores, a los que añadimos unos garbanzos cocidos previamente y entonces ya sólo nos quedará ocuparnos de mantener caliente el conjunto el tiempo justo que necesita el arroz para estar hecho.

Parece largo, para complicado, parece raro. No es nada de eso, es algo sencillamente delicioso. El arroz, la berenjena con los garbanzos y una cucharadita de yogur griego sobre todo ello.

Lo pruebas y estos nuevos sabores traen nuevas palabras a tus labios.

– ¿Cómo va todo? ¿Qué hiciste todo este tiempo?
– Nada en particular…

Vuelvo a mentir.  Eché de menos cocinarte; leer mi presente en las líneas de tus manos. Echarte de menos a cada momento, como quien añora el olor de las sardinas asadas en un mes de enero. Echarte de menos como a este arroz con especias por las que hubo mil guerras y mares desconocidos que cruzar antes de encontrarlas; antes de encontrarnos.

Beber un vino que es como una vida. Un vino que es dulzor, amargura, acidez, equilibrio y aristas. Botella de Burklin-Wolf Ruppertsberger que nos sacude una vida polvorienta; una copa que es nuestra compañía entre la multitud. Sé que ahora sabes que este plato y este vino son lo que he estado haciendo todo este tiempo; que este plato y este vino pronuncian quedos tu nombre.

Nota 1: Imagen proveniente del blog Adicta a cruzar en rojo.
Nota 2: La receta explicada de mejor manera la podéis encontrar en el blog de ‘El Comidista’, que es donde yo me crucé con ella.

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2008 Alemanes

Desgraciadamente parece que poco a poco va llegando a las tiendas la nueva añada 2008 de vinos alemanes. Lo de “desgraciadamente” se debe principalmente, porque ya van desapareciendo los ricos vinos de la generosa añada 2007 que ahora mismo se beben de maravilla en sus niveles mas básicos. Este relevo de añada se acompaña de presentaciones en las tiendas de la zona, que me han dejado más que impresionado y que me han hecho reflexionar sobre ciertas cosas.

En primer lugar quiero destacar el ambiente de las presentaciones, en formato mini-feria, de acceso gratuito, completamente informal y festivo. Salchichas a la brasa, quesos y embutidos a la entrada con mesitas al sol (el tiempo acompañó) para reponer fuerzas entre vino y vino. Obviamente son catas dirigidas al consumidor y no al profesional, se trata de atraer clientes, no de asustarlos con la pompa que muchas veces rodea al mundo del vino. Eso no quita que las copas sean más que decentes y abundantes y que los vinos se sirvan a su correcta temperatura. Puede que esto suene evidente, pero recuerdo cierto evento organizado por Lavinia el año pasado que no cumplía casi ninguno de los requisitos básicos.

En segundo lugar destacar la implicación de las bodegas. Si, los vinos no eran servidos por amables azafatas de bella sonrisa si no por los propios elaboradores de manos callosas y rugosas. Creo que nadie mejor que el padre de la criatura para venderte el vino en persona. Ahí estaba gente como Helmut Dönnhoff o Werner Schönleber sirviendo vinos y compartiendo amable conversación como si nada. No se… me cuesta imaginar a ciertas superestrellas del vino español en esta situación. Y no creo que solo vengan a Essen o a Dortmund, me figuro que también llevarán a cabo estas presentaciones en otras tiendas del país. Supongo que en España es mas fácil quejarse de que no se vende vino y de que no tenemos cultura de vino y que toca venderlo todo en el extranjero porque en nuestro país no se valora el vino. ¿Y que hacemos para remediarlo?

Y ya comenzando con lo que son los vinos en si, parece que la 2008 pues… no va a ser tan buena como la 2007. Los elaboradores están más o menos contentos, pero no entusiasmados, la califican como “buena”. Las comillas vienen a representar la cara que ponen al decirlo. Va a ser una añada clásica alemana de clima no demasiado cálido. Sin la abundancia ni la exuberancia de los 2007 y con problemas serios con la botrytis. Así que nos tendremos que despedir casi por completo de los auslese (o BA o TBA) este año y centrarnos más en vinos secos de corte marcadamente mineral y con una acidez bastante dominantes en estos momentos… y es que es muy pronto para estos vinos. Pero las diferencias entre añadas están claramente marcadas, muchos productores todavía daban a probar 2007’s y cuando pasabas de una añada a la otra se notaba la diferencia. Que quede claro que los 2008 que he probado han sido casi todos en nivel básicos secos salvo un par de excepciones que nombraré. Pero en ese nivel, creo que en Mosela la cosa ha quedado algo mejor que en el resto de zonas. De todas formas, son vinos de marcada acidez, algo austeros en estos momentos y muy faltos de botella en todo caso. Sobretodo en contraste con esa siempre agradable, casi desde el primer día, 2007. Otra cosa serán los GG, que por ser mejores viñedos con mejores orientaciones, hayan llevado mejor los efectos de la climatología y posiblemente den vinos bastante interesantes este año sobretodo pensando en guardarlos una temporada, pero eso ya es pura especulación.

Me pareció distinguir dos estilos claramente diferenciados en la forma de elaborar aquí en Alemania. Uno que llamaría el clásico, los vinos frescos, minerales, pálidos y con graduaciones alcohólicas comedidas y otro estilo que por lo que escuché entre las mesas, es mas reciente, donde se madura y se macera mucho mas la uva, en la copa ya se ve que el vino esta mas subido de color, el alcohol también mas elevado (en torno a los 14º en muchos 2007’s). Yo claramente me decanto por el primer estilo, el segundo… no esta mal para variar de cuando en cuando, pero son vinos que se hacen mas pesados, no se si aguantaría una comida con ellos. Al comentar esto a los propios productores, me contestan que son vinos para tomar solos… ya estamos!

De este segundo grupo caté bastante de Van Volxem, muy simpático este productor del Saar, a pesar de mis comentarios ahí estuvimos de charreta un buen rato. No pude catar el Schazhofb

erger porque todavía no había embotellado el 2008 y el 2007 estaba agotado hace tiempo, pero pude probar algunos Erste Lage bastante ricos, como el Goldberg o el Gottesfuss. Los alcoholes aquí no son tan elevados, pero los vinos son muy generosos, maduraciones muy tardías y azúcares residuales en torno a los 15 gr/L, junto con maceraciones largas crean unos vinos potentes en aromas, voluminosos en boca, conservando buena acidez y frescura, no resultaban demasiado cargantes. Además se podía diferenciar muy bien las distintas pizarras de cada viñedo a través de cada uno de sus vinos. Curioso e interesante, pero no me veo comprando estos vinos para beber en casa, me gustaría en todo caso probar alguno con años.

No me entusiasmaron tanto los vinos de Battenfeld-Spainer, en Rheinhessen, probé un par de GG que resultaron excesivos en todos los aspectos, son los únicos “No” que tengo apuntado en la libreta. El alcohol domina en nariz, cálidos en boca… pues eso, que estos rieslings no esta hecho para mi.

Clemens Busch, volviendo al Mosel, anda también por este estilo, sin embargo a Sara le gustó, así que nos llevamos un par de botellas de un, todo hay que decirlo, rico “Vom Roten Schiefer” 2007, muy frutal en nariz, piña madura, casi tropicaleando en exceso, pero con esa pizarra bien marcada, en boca buena acidez y alcohol comedido. Al catarlo en la feria bien, pero la botella en casa se me hizo algo larga, confirmando mis temores de que este estilo no es amigo de una comida. O a lo mejor estoy equivocado, porque el domingo hubo quejas con una botella de Tonnschiefer de Dönnhoff, que al parecer se acabó demasiado deprisa! Pero me adelanto y hay muchos vinos probados.

Ya cambiando de estilo, Wittmann es uno de mis preferidos. Y ese Westhoffener “S” 2007esta impresionante, uno de mis básicos-no-básicos preferidos. El 2008 ya saldrá simplemente como Westhoffener sin la S, para no liar al consumidor. Los que tengan botellas y las guarden un poco, no se arrepentirán, aunque ahora mismo se bebe de maravilla. Probé mas cosas de esta bodega como un Silvaner que me dejó algo indiferente y exuberante Scheurebe que no estaba nada mal, pero soy rieslingofilo yo. En la mesa de al lado otro favorito, pero cambiando de zona aNahe, Emrich Schönleber presentaba el magnífico Mineral, ese interesante semi-seco Lenz y uno que no conocía todavía, un Monzinger Frühlungsplätzchen, pero no el GG, si no otro embotellado a mitad de precio, con uva de ese pago, pero que no se considera de la suficiente calidad como para ir al GG. Magnífico vino. Además en esta bodega fue la única donde vi que los 2007 y los 2008 estaban prácticamente al mismo nivel, lo que muestra el buen hacer de este productor que se mejora año a año.

Y hablar de Nahe es hablar de Dönnhoff. Ahí estaba Helmut sirviendo sus vinos y pude hablar con él un ratillo (el de la foto del pelo blano es él, el barbudo, soy yo). Comentaba que nada de ausleses este año, que lo dulce como mucho ha llegado a Spätlese y unos magníficos Eiswein (aunque el bolsillo posiblemente no permitirá probarlos). La verdad es que juzgar sus vinos del 2008 en estos momentos es muy complicado, el sulfuroso esta muy presente y además, como he comentado antes, estos 2008, sobretodo fuera de Mosela, están muy ariscos ahora mismo. Interesante el Weissburgunder, solvente, como siempre, el trocken básico y muy rico elBrücke spätlese, sobretodo al combinarlo con comida picante. Estabamos de break comiendo unos nachos con un chutney casero realmente rico y algo picante y al pensar en que podríamos beber que fuese bien, me fui a buscar dos copas de este spätlese, con la suerte que pillé el stand en modo sirvase usted mismo 😉 Pues eso, con esa marcada acidez, casi no es dulce y se enfrenta a las comidas picantes con maestría. Buen vino. En otra de

estas miniferias, pude probar otras dos cosas de este productor, un Noheimer Kirschheck spätlese 2005, que realmente estaba muy rico, algo tímido en nariz (debe de estar en la fase dormida todavía) pero con un paso por boca sumamente equilibrado y elegante. Contrastaba con el Felsenberg spätlese 2003, que no acababa de estar redondo del todo en boca, quizás algo corto de acidez para mi, aunque seguro que a mucha gente gustará este vino, posiblemente esté en un momento óptimo de consumo. Yo personalmente, prefiero el otro y esperar unos añitos a ver que pasa. Y como he comentado antes, pillé una botella del Tonnschiefer 2008, la abrí la noche anterior, para deshacerme un poco del sulfuroso y darle tiempo al vino a mostrarse. Podría poner una nota de cata, pero creo que con el comentario de lo rápido que voló la botella mientras comíamos lo dice todo. Cuando le comenté a Herr Dönnhoff que este era uno de mis vinos preferidos, me dijo que en su casa también, que era lo que mas bebían. ¡Que suerte!

Bajo por el Nahe y me uno al Rin para probar algunas cosillas enRheinhessen y Rheingau. De Westhofen pruebo un par de excelentes riesling de Groebe, un Westhofener básico durillo, como todos los 2008, pero con buenas maneras y unKirchspiel GG 2008, realmente muy bueno, falto de botella pero con una nariz y una boca con mucho potencial. No conocía a este productor y fue una grata sorpresa. Ya en Rheingau, probé unos cuantos vinos de Schloss Johannisberg, que hacía tiempo no probaba y con razón, pues me dejaron algo destemplado y eso que la mayor parte de lo que tenía era 2007. No se, como que le faltaba algo de concentración y en nariz no se mostraban del todo definidos, el Grünlack spätlese el que se podría salvar, pero ya por ese precio, prefiero otros. Mucho mejor Peter Jakob Kühn, muy buenos los 4 vinos que probé, sobretodo el Quarzit, otro básico-no-básico interesante por unos 14 €. Vinos marcadamente minerales, pero con equilibrio, incluso siendo 2008, equilibraban la piedra con unas bonitas notas florales. También servían un Oestrich Lenchen spätlese 2006, muy bueno, aunque quizás sorprendentemenete evolucionado, mostrando claramente esas notas de hidrocarburos que suelen tomar estos vinos con el tiempo. Para beber ya y disfrutarlo. Georg Breuer, como no podía ser de otro modo, ha trabajado sus vinos bastante bien en este 2008 y sus básicos están algo menos ariscos que en otros productores, muy rico el Rüdesheim “estate” riesling. También servía una amable chica de la bodega (que hablaba un magnífico inglés, el mejor de la feria con diferencia) un auslese del 2007, que estaba rico, pero creo que de esta casa, los secos son el plato fuerte. De esta zona también probamos unos Sekt de Schloss Vaux… curioso el rosado, no recuerdo de que uvas (Pinot Noir y Meunier, pero ahora no recuerdo si también llevaba algo de riesling). Puede que incluso compre alguna botella, porque tiene un precio “comedido”, sobre los 14 €. Y es que las burbujas aquí en Alemania se pagan caras, demasiado caras. En España, tengo claro que nunca compraría ese vino. Había otro espumoso riesling de un pago de Rheingau, bastante interesante, pero ya mas caro.

Como esto esta quedando demasiado largo, voy a separar en dos post. Tenía el post a medias desde hace tiempo, ya que desde mi última publicación en el blog (hace ya mas de un mes), he tenido algo de lío entre medias. Como algunos ya sabréis, hace unas semanitas, presenté la tesis con éxito! Así que ahora si que ya no tengo excusas para no ser más productivo en el blog. En unos días continuaré con lo que queda de Mosel, tintos y algunas cosillas mas.

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Lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia, soberbia.

Todos, en mayor o menor medida soy pecador de los siete y si de alguno no lo soy seguro que estoy en camino. Y lo peor ¡sin arrepentimiento! Como siete pecados este mes han sido siete los vinos, a saber:

– Tierras de Albares 2006. DO Bierzo (5,08 EUR)
Otra muy buena mencía sin maquillaje. Fruta negra muy madura que está escondida detrás del notable toque vegetal y con un agarre en boca que le da una presencia rústica bastante interesante. Tiene personalidad. Estoy dándome cuenta de que estas mencías sin madera le van muy bien a la legumbre invernal. En el caso de hoy unas lentejas. Lo dicho, un mencía muy recomendable con muy buena RCP. Sigo en mi línea de mencías sin madera.

– Cuatro Pasos 2006. Martín Codax. DO Bierzo (6,04 EUR)
Mencía redondeada, como un toro afeitado. Tiene todos los componentes que esperas en un vino hecho con mencía. Frutos negros, toque vegetal y una ligera astringencia, todo ello embutido dentro de una esfera. No sé si merced a cómo se ha vinificado o bien debido al par de meses de madera; de esta última sólo se observa un ligero toque de café al descorchar la botella, de modo que bien por esta parte. En definitiva me ha resultado un vino agradable del que no me importaría beber más botellas.
Como he comentado en anteriores notas de cata parece que la mencía es un buen acompañante de la legumbre, en esta ocasión ha sido buena compañía para un cocido.

– Gaba do Xil Godello 2007. Compañía de Vinos de Telmo Rodriguez. DO Valdeorras (6,83 EUR)
Redondo, redondo. Para importar o exportar dando igual el sentido de la marcha de las cajas. Imposible que no te guste. Improbable que te enamore.

– Colet Blanc de Blancs Extra Brut Traditionnelle. Josep Colet. DO Penedes. (aprox 8 EUR)
Poco tiempo para hacer la comida, estrés, prisa. No hay descanso. No hay tiempo. Necesito un vino que me haga sentir bien, cómodo. Que me haga sentir en casa cuando beba el primer sorbo.
Mmm…. aunque la primera copa mostraba un carbónico más que vivaz desde ahí se ha mostrado tan cremoso como las ocasiones anteriores. Durante el tiempo que ha durado la cocina del marmitako me ha hecho sentir bien. Me acostumbré a decir Gemütlich.

– Heymann-Löwenstein Schieferterrassen 2006. Mosel-Saar-Ruwer (15 EUR)
Hoy no he comido más que un sandwich. Semana laboral larga y agotadora. Por favor, dejadme que tenga mi momento naif del viernes.
No voy a cocinar más que una tortilla francesa con atún de lata, sí, de ese que está de oferta en el supermercado más cercano. ¿Fashion? pues mira no, pero me temo hoy no doy para más. Una alimentará mi cuerpo, el otro alimentará mi alma.
Queso. Cerilla al encenderse. Lata de anchoas. Sólo unos segundos, despues… se llena la boca y te explota la riesling en en los sentidos. Miel, limón y la naranja del roscón. Riesling orondo con dos tallas de más… si no fuera porque se despereza en él un toque de sequedad que corta la línea que lo llevaba al dulzor y que le pone el debido corsé. Muy recomendable.

– Château Bouscassé 2004. AOC Madiran (10,6 EUR)
Conociendo el alto porcentaje de tannat (65% y el resto cabernets, según la página web de la propia bodega) que tiene este vino he considerado adecuado jarrearlo al menos una hora antes de probarlo. Durante el jarreo el vino muestra aromas de lo más amable a fresas maduras, aceitunas, algo de tocino. Esperaba encontrarlo así de amable en boca… ¡zas! Tremenda tanicidad que me deja totalmente noqueado. Algo tremendo. Me ha ganado. Fin del primer round. ¡Pa’bernos matao!
Veamos qué me encuentro al día siguiente. Toda esa tanicidad se ha ensamblado con el resto del vino y ahora le da un giro rústico de lo más atractivo, estando ligado a otros elementos de este vino, como son su firmeza y dureza. Es un vino realmente potente y lo digo en el buen sentido. Los que me conoceis sabeis de lo poco que me gustan los vinos que sacan pecho y son pura potencia a golpe de extracción y grado alcoholico, sin embargo este es… ¿cómo decirlo? Potencia esencial. Es como si este vino fuera así sin pretenderlo, como decía el escorpión: Está en su naturaleza. Esa rusticidad y potencia hace que pasen desapercibidas otras características, porque ahí de fondo tiene una acidez que también es reseñable.
¿Con qué tomarlo? He optado por un choque de trenes. A la potencia, más potencia. Se ha terminado de hacer buen amigo de un plato de manitas de ministro y a la cena unos níscalos cocinados en esa misma salsa.
Recomendable si buscas un vino sin atisbo de sutilidad. Vistas las credenciales con las que se presenta me pregunto como evolucionará. Me puedo equivocar, y es lo más probable, pero creo que tiene lo suficiente para crecer con el tiempo.

– Borsao Selección 2007 Blanco. DO Campo de Borja. (4.3 EUR)
Manzanas, manzanas y más manzanas. Un paso oleoso, con la acidez justa y un deje amargoso que completa el conjunto. Sencillísimo, pero solvente. Buena RCP.

Como veis este mes toca post corto. Lo breve, si breve, dos veces breve. Era así ¿verdad?
En cualquier caso no me voy sin dejaros una nueva entrega de «¿Alguien sabe cómo sobrevivimos a los ’80?». Os dejo un vídeo que no es la versión original, pero parece todo un epítome de aquellos tiempos.

Nota: La imagen corresponde a «Los Siete Pecados» de El Bosco.

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Hace calor. Mucho calor. El ritmo de casi todo se hace más lento y podemos decir que incluso Dios en agosto está de vacaciones. En estas circunstancias y en atención a los miles y miles de lectores que pasan por estas páginas adelanto el resumen mensual, para que todos aquellos que partan a sus lugares de asueto estival puedan irse con la conciencia tranquila y los deberes lectores hechos.

Hay una cuestión en este mundo del vino que desde el comienzo siempre me ha hecho sentir algo incómodo. Lo hacía al principio y lo sigue haciendo ahora, si bien lo hace de modo distinto, pues con el tiempo uno pasa de ser un mero espectador de casi todo a ser también parte integrante del asunto. El tema que trato hoy es la ventana de consumo de un vino.
Cuando comienzas a beber vino, a leer acerca de él, participar en foros y demás formas de comunicación, comienzas a observar preguntas y respuestas sobre el mejor momento para beber un vino. Lees acerca de cosechas que se encuentran ahora en buen momento de consumo o acerca de otras cuyo mejor momento parece que ha pasado. Incluso hay mesetas de consumo. Además todo esto, y para variar, no es una regla matemática ni ciencia exacta. Esto es, puedo tener una botella de un año y bodega determinado, otra persona también, la mia excelente y la suya deplorable; en este caso siempre podemos concluir que pudo haber variaciones en las condiciones de guarda. No obstante las variables a considerar son muchas, a saber, la añada, los métodos de vinificación, las variedades de uva empleadas pues las hay que favorecen la guarda en mayor o menor medida, etc. Son tantas posibilidades que la única forma que se observa es la empírica. Suena raro, lo sé, también a mi me lo parecía, pero dentro de este mundo de enochalados es práctica común la compra de varias botellas para observar la evolución del vino en sus distintas fases. Hasta verme involucrado también yo en esta práctica, que en ocasiones se torna rito, tampoco yo comprendía el que hubiera personas que compran cajas y cajas de determinados vinos para dejarlos dormir en sus bodegas hasta el momento apropiado de abrirlos. En ocasiones unas pocas botellas y unos pocos meses o años. En otras, muchas botellas y décadas de espera. De vez en cuando toman una botella como muestra para observar el estado del vino y hacer una estimación del momento más apropiado para abrirlos, ese momento denominado meseta en el que el vino está en plenitud expresiva y que tampoco hay ciencia cierta de cuánto dura, antes de que el vino comience su decadencia, que puede ser suave o sencillamente de un abrupto declive calificable en ocasiones como catastrófico.
Echad cuenta moral, lo que debe ser guardar un vino durante años para que al abrirlo te des cuenta de que su momento pasó y tú ni siquiera lo disfrutaste. Disfruta el momento pero recuerda que eres mortal, que dirían los más clásicos. Pasar de la infancia a la senectud sin disfrutar de la madurez.

No quiero escribir un post demasiado largo, y bien puede ser que ya lo esté resultando, pero sí quisiera explicaros que el vino que me ha traido nuévamente este tema a la mente ha sido una botella de Dönhhoff Riesling Trocken 2002. Este vino es disfrutable desde que sale a la calle y su ventana de consumo teórica es hasta unos seis años después de lo indicado por la añada. Esa es la teoría y en términos absolutamente generalistas. Lo que yo me he encontrado es un vino que lejos de estar en decadencia se encuentra en un momento espléndido de madurez, que ha crecido y se ha hecho adulto. No sé cuanto tiempo estará en ese punto y si seguirá creciendo y evolucionando, pero bien es cierto que nuévamente un riesling, de la gama básica, me ha cambiado otro de los pocos esquemas que tenía.

Os dejo ahora, y por fin, con el informe mensual de vinos:

– Txakolí Itsas Mendi. Bodegas Itsas Mendi. DO Bizkaiko Txakolina (8 EUR)
Una botella con una presentación y evolución más normal que la anterior que bebí. Manzana golden templada al fuego, algo de parque regado y una acidez cítrica queen boca me recuerda a la del níspero o la del kaki. Buena RCP.

– Blanco Nieva Verdejo Pie Franco 2007. Viñedos de Nieva. DO Rueda. (8,05 EUR)
En esta época del año el vino está donde esperaba, esto es, con un ligero burbujeo. Estas burbujas desaparecen al segundo día, dándome una mejor medida de en qué punto se encuentra. Sigue la línea ya habitual de este vino, sin embargo destaco que en este momento muestra un espinazo de acidez de los de poner los pelos de punta. Está firme y duro. Ha acompañado muy bien un par de ensaladas y picoteo habitual, fiambre, etc. Pese a que ha subido algo de precio en el último par de años sigue teniendo buena RCP.

– Pago del Vicario Petit Verdot Rosado. Bodega Pago del Vicario, S.L. VdT de Castilla (5,77 EUR)
Segunda botella de este vino para confirmar impresiones y confirmadas quedan. Un rosado para beber y beber. Ahora, con las temperaturas más altas, se nota más el alcohol y aunque tiene todas las características que indicaba en la anterior nota de cata si le observo un carácter más piruletero.

– A Priori. Bodega Josep Colet. DO Penedes (aprox 6 EUR)
Encantador. Toques de manzana que bailan con la acidez y una profunda y suave cremosidad con una curiosa mezcla de fruta roja en pétalos (no sé como explicar el que me recuerda simultáneamentea los pétalos de rosa y a fruta del mismo color). Otro espumoso de Colet que no me canso de beber.

– Dönnhoff. Riesling. Trocken. 2002. Nahe – Alemania – (15 EUR aprox)
Desafiante. Despojado de cualquier pueril atisbo de juventud se ha convertido en un caballero serio. Ya no hay nada de jovial frescura juvenil, flores y frutas. No. Su tarjeta de presentación son unas agradables notas querosénicas, una fina capa de dulzura (¿azúcar residual?) y cuando empiezas a murmurar lo bueno que está planta sus pies firmes con un final seco y cortante. Al final de lo que debiera ser su ventana de consumo se presenta en un momento de madurez fantástico. Excelente RCP.

Por último, esta vez sí, retomo la sección «¿Alguien sabe cómo sobrevivimos a los ’80?» con un nuevo vídeo de esos que no tienen precio. Si algún lector consigue ver al cantante dar un único paso de baile acompasado con la música que levante la mano.

Pues ea, sillita y a la fresca, que es lo que toca.

Nota: La imagen pertenece a la obra titulada ‘Muchacha en la ventana’ de Salvador Dalí.

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El pasado 8 de marzo, después de la calçotada en Porrera, nos juntamos para cenar en torno a un tema, LA RIESLING. Lo que comenzó hace unos años entre Domi y yo como una propuesta por compartir un par de rieslings, al final se ha materializado en esta especie de orgía con La Diva que voy a tratar de relatar. Resumir este pequeño acontecimiento resulta complicado, ya que no era una cata en plan serio, si no que se trataba de una cena durante la cual haríamos un recorrido por esta variedad en los Luis Pablodistintos rincones. El acto comenzó con una rápida y didáctica presentación de Luis Pablo (Herr Direktor, en la foto) sobre la riesling en Alemania. Para a continuación comenzar con el desfile de vinos y platos. Aquí os dejo el listado de los vinos de la noche, 4 paises, 23 vinos distintos, 29 botellas y unos 25 adultos, si no me fallan las cuentas.

ALSACIA

Domaine Schoffit St. TehoboldGC Rangen, 2005

Dom. Ostertag Muenchenberg Grand Cru 2003

Gerard Schueller Grand Cru Pfersigberg 2004

Trimbach cuvée Frederic Emile 1999

Louis Sipp Vendnages Tradives GC Kirchberg de Ribeauville 2000

Trimbach VT 1998

Dopff au Moulin VT 1998

AUSTRALIA

Grosset Polish Hill, Clare Valley, 2007

AUSTRIA

Schloss Gobelsburg Riesling Heiligenstein Erste Lage, 2004

Weinrieder Schneiderberg Riesling Eiswein 2003, Austria

ALEMANIA

Saskia Prüm Trocken, 2006, Mosel

Espumoso de Barzen, Mosel

Schlossgut Diel, 2000 Riesling Sekt, Nahe

Barzen Auslese Trocken Alte Reben ,2005, Mosel

Maximin Grünhaus Trocken, 2006

Schossgust Diel Burberg Dorsheim GC (magnum), 2003, Nahe

Burklin-Wolf Ruppertsberger Gaisböhl GC, 2001, Pfalz

Heymann Löwenstein Röttgen Alte Reben GC, 2002, Mosel

Egon Müller Scharzhofberger Kabinet, 2006, Mosel

Egon Müler Scharzhofberger Kabinet, 1998, Mosel

Grans Fassian Trittenheimer Apotheke Riesling Auslese 1990 Godkapsel ***, Mosel

Barzen BA 2003, Mosel

Fritz Haag Braunberger Juffer Sonnenuhr Auslese, 1997, Mosel

Y aquí os dejo un mapa donde salen todos los vinos que se bebieron y donde he tratado de localizar todas las viñas que he podido de la lista. Recomiendo abrirlo en google earth para ver desniveles y fotos que hay colgadas de las viñas:

Ver mapa más grande

Comenzamos con los dos espumosos. El de Barzen, bastante discreto, pero el de Diel mucho mas serio. Es un espumoso original, completamente apartado de cavas y champagnes. Frutos secos en nariz, algo de lias, fruta blanca y alguna punta cítrica sobre una dominante mineralidad. En boca muy seco, contrasta con el leve dulzor de la nariz, marcada acidez y carbónico bien integrado. En retronasal aparecen notas de hidrocarburos, dejando un recuerdo mineral. Largo y peculiar.

Luego atacamos el Polish Hill 2007. Nariz tropical, piña y citricos, alguna nota herbácea, almendras amargas y un correcto paso por boca, correcta acidez. No pagaría lo que cuesta, muy normalito, quizás demasiado joven?

Saltamos a Austria con el Gobelsburg 2004, bastante intenso en nariz, fruta blanca madura, citricos, bastantes flores, buena mineralidad, curioso en boca, daba alguna nota amargosa ¡ de frutos secos, buena acidez y bastante largo, invitaba a repetir. De los que me gustaría volver a catar con calma.

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Y pasamos a Alsacia. Los alsacianos secos, mostraron un buen nivel, pero para mi gusto, me quedo con la austeridad alemana. Estos vinos del sur del Rin, en ocasiones se me hacen algo pesados, alcoholes elevados que sobretodo me son mas molestos en boca. De todas formas hubo vinos muy interesantes. Como el Schoffit Saint Theobold, uno de los que mas me gustó, amplio, complejo, dulce por momentos en nariz, pero completamente seco en boca, con buena acidez y una mineralidad muy marcada. Muy largo y con personalidad. El Trimbach Cuvée Frederic Emile 1999, un vino curioso, dulzón y embriagador en nariz, con orejones y fruta madura, comenzaba a petrolear, pero luego golpeaba en boca con una marcada acidez. Guardé un poco para mas tarde y había mejorado mucho, ganando en complejidad en nariz y redondeando esa boca, que de salida parecía un poco falta de armonía. Con el Ostertag, llegaba un estilo distinto. Elaborador biodinámico, dejaba su impronta, creo que los que no tocan mucho el sulfuroso, confieren a sus vinos unas narices un tanto peculiares, que pueden gustar o no. Yo las tolero bastante bien y las disfruto, pero esa licorosidad puede molestar a mas de uno incluso algunas notas cetónicas, pero también estaban unas bonitas notas de pan recién cocido en nariz y alguna nota floral de azahar, notas cítricas de pomelo y minerales. La boca era mas corta que la nariz, buena acidez, pero decepcionaba un poco en general ante una nariz tan curiosa. Y otro de los que llevaba poco sulfuroso era el de Gerard Schueller Grand Cru Pfersigberg 2004, muy rico, calcareo en la nariz, marcada mineralidad, leves notas ahumadas, buena fruta madura, musculoso en boca, completamente seco y de nuevo devolvía esas sensaciones minerales de la nariz, en este caso arenosas. Bastante distintos los 4 vinos, me costaría decantarme solo por uno.

Y comenzaron los alemanes, primero unos básicos, que rindieron a buen nivel, como ese Saskaia Prüm Essence trocken 2006, que anunciaba un cambio de estilo, mas austeros, menos alcoholicos, mas fruta tirando a blanca y a citricos. Luego asómo el ya conocido Barzen Auslese Trocken 2005, seguido del diel BW Schlossgut Diel Burgberg 2003, en formato magnum. El vino se decantó unas cuantas horas, pero conservaba bastante carbónico, a simple vista se hacía notar. Un vino bastante floral, con notas citricas y de piña madura, algo especiado y buena mineralidad, como a tiza. En boca, el carbónico me molestaba un poco, sobretodo porque me extraña que siendo un 03 esté todavía tan presente, buena acidez, completamente seco, sobretodo para ser de ese año, bastante largo. Y de Nahe al Palatinado, con el que fue para mi, uno de los vinos de la noche, el Burklin-Wolf Ruppertsberger Gaisböhl GC, 2001. La nariz comenzaba a petrolear sutilmente, entre notas cítricas, cáscara de naranja, pomelo, leves notas especiadas y mas mineralidad. Fresco en nariz, y en boca, donde muestra buena amplitud, acidez y mas piedras, completamente seco. Largo, para no cansarse de él, creo que esta en buen momento para comenzar a disfrutar de él. Había que seguir, transición hacia dulces que hicimos con el Heymann Löwenstein Röttgen Alte Reben GC, 2002, según parece en Mosela los grosses gewächs no son garantía de vinos completamente secos. Con Xgr de azucar residual, el vino aparecía con un color mas dorado que los anteriores, más maduro y goloso en nariz, intenso, mucha fruta madura, citricos, piña incluso algo de melocoton, hidrocarburos en armonia con notas florales y ahumados. Muy complejo. En boca marcada acidez, sobre el dulzor residual, perfecto y bonito equilibrio, mucha mineralidad pizarrosa y muy largo. Este fue otro de los que me impresionó, he de repetir.

dopff Volvimos a Alsacia con unos vendimias tardías, maduros y excelentes. El Dopff del 98, unTrimbach del 98 y el Sipp Kirchberg de R. del 2000. Algo mas maduro y carameloso el Trimbach, quizas me quede con los otros dos, mas minerales y florales, con notas citricas que armonizaban el conjunto.

Y de nuevo Alemania, donde pudimos comparar la evolución de estos vinos, con un Egon Müller Scharzhofberger Kabinett del 2006 y otro de 1998. Por desgracia, al del 98 le faltó mucho aire para poder mostrarse, pero si que pudimos ver una nariz muy floral, frutal y agradable en del 2006, con el dulzor bien perceptible, tanto en boca como en nariz, estaba rico y disfrutable, pero, en cierto modo, era algo simple, carecía de la complejidad que la botella le da. Pero como digo, el del 98, estaba muy cerrado cuando le llegó el turno y daba pura gasolina, complicado encontrarle nada mas, se podía ver algo de jazmín y poco mas. En boca si que estaba delicioso, ya era prácticamente un vino seco, con su acidez, su mineralidad…

EM y GFY ya acabando, el que fué, para mi el vino de la noche, el Grans Fassian Trittenheimer Apotheke Riesling Auslese 1990 Godkapsel ***. Puro equilibrio en todas sus fases. Me cuesta describirlo por la complejidad y profundidad de su nariz. Frutos amarillos bien maduros, en equilibrio con frescos cítricos, flores, hidrocarburos, mineralidad a raudales. En boca más equilibrio, el azucar en perfecto equilibrio con la acidez, mucho volumen, mucha mineralidad. No te cansas de él.

Por ahí circulaba un beerenauslese del 2003 de Barzen. Nariz cítrica, punzante casi, con mucho pomelo y cáscara de naranja, tambien notas mielosas y una mineralidad bastante presente. Los hidrocarburos todavía no daban señales de vida. En boca, no se si se vió perjudicado por el vino anterior, o por las maldades de la añada, pero no acabó de convencerme, la acidez correcta, pero tenía una amargosidad y un dulzor demasiado presente. Me recordaba a mermelada de naranja (es lo que tengo apuntado).

Y un eiswein austriaco, el Weinrieder Schneiderberg Riesling Eiswein 2003, maduro, dulzon, pero agradable. Muy floral en nariz, con una boca untuosa pero con correcta acidez, mas dulce que el anterior, pero en este caso me ha parecido algo mas equilibrado. Creo que estos 2 últimos vinos tendrían que haberse bebido en otras circunstancias y a solas. Ya que era muy complicado competir con el equilibrio del Grans Fassian.

Y el último vino fue el Fritz Haag Braunberger Juffer Sonnenuhr Auslese, 1997, por desgracia hubiese necesitado mas tiempo para abrirse. Además aparecía por ahí un leve aroma a TCA, sin duda el vino no estaba en las mejores condiciones. A pesar de todo, aunque en nariz no aparecía muy expresivo, en boca si que dejaba claro que era un gran vinazo con gran equilibrio. Una pena, podía haber sido un broche final excelente, a los rieslings. Porque para rematar la faena, Fede había traido un Morgan’s Vintage Port 1970, que nuestro amigo Godoy consiguió abrir con maestría y que estaba excelente.

Bueno, lo pasamos muy bien. Quizás demasiados vinos para tan poco tiempo, que no permitieron disfrutar debidamente de las últimas joyas que aparecían (si algún dia vuelvo a organizar algo así, he aprendido la lección). He de recalcar que esto no fue una cata profesional. Que fue una cena con amigos, acompañada de vinos de esta uva que tanto nos gusta. Y espero que al menos nos llevásemos todos una idea de lo que esta uva puede dar en sus distintos suelos.

Quiero agradecer a Dominic por ser tan buena anfitriona, a Fede-Vidal por su ayuda organizativa, a Luis-Pablo y Damià por su colaboración, a todos los asistentes por sus aportaciones y su compañía y al personal del restaurante Can Carlets de Porrera por soportarnos y permitirnos estar «como en casa» en su restaurante.

En fin, mas vale tarde que nunca. Lo tenía medio escrito desde hace muuuucho tiempo, sobretodo las notas de cata, ya que las notas que tomé fueron muy escuetas. No había tenido tiempo de darle forma a todo.

corchos

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