
Se abre el portón y ahí sale. Rumor en la plaza y humo de un cigarro que fuma Gardel. Negro, sin paliativos, es su color. Miradas directas la suya y la tuya, que se cruzan, que se buscan. En la suya, la vida y la muerte. En la tuya tu vida y su muerte. Miradas que se encuentran.
Una vida con tu suerte cambiada; mitad bolero a medio cantar, mitad un tango a medio bailar. Gaoneras, sin moverte; ni de la vida, ni de la muerte se huye. Todo ocurre muy deprisa…. Sin lamentos. Una tarde menos vestido de pena y oro y un ay te acompaña de fondo.
Nota: La fotografía pertenece al sitio Flickr de Chema Concellon.