Cruzamos el río Loira desde Vouvray y en la pintoresca villa de Montlouis-sur-Loire nos encontramos con los vinos de este fantástico productor. La bodega posee unas 33 hectáreas de viñedo, 10 de ellas en Vouvray y el resto en Montlouis. François Chidaine inició la reconversión de la bodega y sus viñedos a la biodinámica en 1999. El resultado son unos muy buenos vinos que expresan con suma elegancia los distintos terroirs que trabajan. Probamos los vinos tanto en el Salon des vins de Loire, como en La Cave Insolite, una recomendable tienda donde venden sus vinos, así como otras buenas referencias principalmente del Loira.
Los vinos fermentan sin añadir levaduras, en los demi-muids, barricas de roble de 600 litros, no nuevas, donde permanecen durante unos 6 meses sin buscar la maloláctica.
En vinos secos los Montlouis se mostraban más redondos en boca y más frutales que los Vouvray, que aparecían bastante austeros y minerales, quizás algo más faltos de botella. A destacar Les Bournais 2007, muy agradable y expresivo, realmente un vinazo. Y la mineralidad de Les Choisilles donde las viñas de hasta 90 años expresan deliciosamente esos suelos de tuffeau.
Entre los demi-sec siento especial predilección por ese fantástico Clos Habert. Proviene de una parcela de 3 hectáreas sobre suelos arcillo-calcáreos que se asientan sobre tuffeau. Las viñas tienen 60 años y están plantadas con una densidad de 6600 cepas por hectárea. El 2007 estaba algo cerrado en nariz, pero tiene una boca esponjosa, donde los 12 gr/l de azúcar residual se equilibran con elegancia con la acidez (7 gr/L). El dulzor pasa completamente desapercibido, este vino me parece un buen compañero de mesa, con un bacalao al pil-pil por ejemplo. El Les Tuffeaux proviene de otra parcela arcillosa, pero más pedregosa, con bastante silex. Cepas de 30 a 90 años. El vino resulta algo más austero y con algo menos de elegancia que el anterior, pero aun así muy rico. En el salón pudimos probar los 2008, todavía por salir. Los vinos muestran un punto más de todo que los 07’s, dulzor, volumen y acidez, más frutales en nariz ahora mismo. Necesitan
asentarse en la botella, pero sin duda prometen buenos ratos.
El Montlouis Moelleux es otro magnífico vino, que siempre que pruebo me deja mucho mas que satisfecho, en especial en esta añada 2005. Proviene de dos parcelas, el Clos Renard y Les Epinais, con cepas en esta última viña de más de 90 años de edad. Los suelos son arcillo-calcáreos con bastante pedernal. Contiene en torno a un 2% de uva botritizada. En nariz albaricoques maduros, fruta tropical, miel de azahar y alguna punta cítrica que refresca. En boca untuoso y equilibrado, muy largo en el final. Delicioso.
Los espumosos de la bodega también resultan muy interesantes, elaborados por el método tradicional, pasando 36 meses en rima y siendo sin dosage en el caso del Brut. Mas mineral y floral el Montlouis que el Vouvray Petillant, donde los aromas de bollería eran algo mas evidentes. Frescos y agradables en boca, un vino que no debería faltar nunca en casa, ya que cualquier ocasión me parece buena para abrirlo. Como curiosidad nos llevamos un vino para beber por la noche, Almendra 1996, Montlouis. Es un espumoso que ha pasado con las lías mas de 10 años. El vino estaba en muy buena forma, conservaba burbuja, en nariz se mostraba muy complejo, con los aromas de almendra y frutos secos que le dan el nombre, pero también conservaba notas frutales y buena mineralidad. En boca equilibrado, todavía con acidez, se bebía muy bien. A mi me gustó mucho, he probado Champagnes de esta añada (supuestamente excelente) que no se mostraban en tan buena forma como este petillant.
En resumen, un excelente productor, cuyas marcas muestran una gran calidad, y aunque mi experiencia es corta, muy buena regularidad añada tras añada. Muy recomendables y creo que se pueden localizar en España, si no ahora, dentro de poco.
GAEC François Chidaine