Me gusta la niebla, me gusta sentirme rodeado y abrigado por ella; por esa niebla que ahoga sonidos y aumenta otros a su antojo. Me gusta la niebla que convierte la vida en un todo difuso, en un algo sfumato.
Como la vez primera, niebla con lentejas y boletus. Sencillo, cálido. Ayer puse las lentejas en remojo. Hoy lo habitual, cocerlas con las verduras conocidas: Laurel, ajo, cebolla, zanahoría. En los últimos minutos de suave cocción añadimos un par de boletus limpios y picados. Rarezas compartidas con el plato ya servido, una pizca de vinagre.
En las copas un vino de niebla, en su vez primera. G.D. Vajra Langhe Nebbiolo; un vino que te abraza y abriga en el bosque umbrío.
Nota: Fotografía de Niebla sobre el Ebro perteneciente a Rafael Castillejo