Y las noches de luna caminar a tu vera. Y la noches sin luna caminar de tu mano. Que la noches de luna, desde mi orilla se ve tu orilla. Y las noches de viento se tornan días claros.
Soñar y soñar que sueñas mis sueños. Y soñar que sueño yo los tuyos. Y al despertar, seguir soñando.
Despertar y temer despertar, por si en el ensueño me pierdo. Despertar y temer que me falte el aliento, que me falte tu aliento. Ausencia de ti es soledad y no hay otra forma de olvido que no sea el no recordar el olor del mar en tu piel.
Soñar, despertar, recordar; sentir y saber que a diez pasos de ti muero de frío. Para vidas de inviernos sin luna, vidas de frío y lluvia, nos acurrucaremos en esta sopa.
Cortamos la cebolla en plumas finas y las rehogamos largamente en aceite de oliva, sí, pero también con un poco de mantequilla, que nos dará la suavidad que acompañará la dulzura de las cebollas. Y cuando esta esté totalmente desmayada añadiremos una pizca de tomillo y cubriremos con caldo de pollo, dejando que todo junto hierva y los sabores se unan. Tostaremos, entonces, una rebanada de pan, que dispondremos sobre la sopa y cubriremos con una montaña de queso rallado. ¿Cuál? ¡Todos! Emmental, Manchego, Idiazabal… ¿Te apetece alguno más? En un momento estará terminada esta sopa. Al horno con ella, para que el queso funda y sobretodo, para que se gratine sobre el caldo y nos quede esta deliciosa sopa en la que nos acurrucaremos sin remedio.
Ahora y siempre nos acompañará una copa de vino; ahora y siempre nos acompañará el mar, el viento, las lunas que queman y los soles fríos. Este vino de Baudry nos quitará también el frío, mientras a fuerza de creer conjuramos la maldición de los poemas escritos en servilletas de papel.
Otro bocado. Otro sorbo. Estoy tranquilo. Confío en ti
Nota: Me gustaría poder reflejar la autoría de la imagen que ilustra este post, si bien, pese a encontrarla en múltiples fuentes, en ninguna se indicaba el origen de la misma.
Pues el Baudry del 2009 también está muy rico, con volumen y un buen filo. Le auguro buenas sensaciones a quien practique con él la paciencia.
Salud
Hola Diego,
pues será cosa de echarle paciencia entonces. O quizá de probarlo ahora y también después 🙂 Algo tendremos que poner de nuestra parte, vistas la estadísticas estas del consumo de vino
Saludos,
Jose
!Qué bonito macho!…
Ná Carlos, para bonito este vino; que daba gusto (be)verlo.
Aprovecho y por el mismo precio, tarifa plana, y recomiendo otro vino bebido no hace mucho, al que aplica este mismo adjetivo: bonito. Además de brillante y encantador. El Bedeau del 2007.
Saludos,
Jose
Hola Jose,
ya comenté que de vinos soy algo novata con respecto a vosotros, pero me interesa lo suficiente como para disfrutar de un vino cuando me gusta o mandar al médico a los que están malitos… por eso sigo tomando nota de tus recomendaciones buenas y menos buenas al respecto… Pero lo que de verdad agradezco y coincido con cycdos, es, que bonito nos cuentas las recetas!!!!
Soy del sur y a esta sopa de cebolla, que como bien dices, es para acurrucarse en ella del frio invernal, si le pones un poco de fino después de rehogar la cebolla, queda genial. (tio pepe, es bueno para cocinar)
Saludos,
Hola Isabel,
sopa para revivir en esos días y noches de invierno en los que no te cabe ni un pizca más de frío o lluvia y en la que se lleva el desánimo por todo abrigo. Revitalizadora.
¿Cocinar con vino? ¡Siempre! Cocinar sin vino debe ser algo así como comer sin él. Posible, sí; triste, también.
No obstante en esta receta lo añado un poco antes, en los primeros instantes en los que se comienza a rehogar la cebolla. Desde ahí, reducir a seco. La razón es porque en este plato la cebolla no la rehogo en el sentido estricto, si no que tras esos primeros instantes y arrancado ya el crepitar tapo la cacerola, para que la cebolla se hago en su propio jugo a fuego muy bajo.
El Tio Pepe es bueno para cocinar e incluso para beber. Tiene una relación calidad-precio destacable. Dicen que beber solo también es triste y por eso nunca dejo que los platos que cocino lo hagan 🙂 El plato se lleva su toque de vino y yo también doy algún sorbo, para que beba acompañado. Por ello, ya que estamos, utilicemos vinos que estén bien para beber. Fino CB es el que generalmente uso, o este Tio Pepe también es una excelente solución para acompañar al guiso en su bebienda.
Y ooooye, ¿como que «recomendaciones buenas y menos buenas»? Es broma 😉 Puedes discrepar abiertamente y sin problema de los vinos de los que hablamos y opinamos aquí.
Saludos,
Jose
Ok! me extrañaba la falta del toquecito de vino.
En cuanto a lo de «las malas recomendaciones», a ver como salgo de esta sin parecer lerda, jajaj, cuando dices «para bonito este vino, que daba gusto (be)verlo» no sé porqué registré que te destacabas más lo visual, que lo bueno, (e)horrores de novatilla :))
Hasta ahora agradezco, doy por bien buenas y disfruto las recomendaciones que das y he probado, cuando toquen las menos buenas… discrepar, no!! en todo caso, opinaré, para mi es muy subjetivo el tema «gustos» y en este caso, el mejor vino! el que le gusta a uno! aún así graciasss.
Saludos,
Isabel
Soy fiel, hasta la médula, a mi sinestesia descriptiva 😉 Por ello los adjetivos y descripciones que escribo no son siempre literalmente lo que pudieran parecer y por ello quizá interpretaste que me refería, en ese caso, al aspecto del vino.
Fruto de esta sinestesia puedes ver que igualmente describo vinos, y comidas, como confortables, profundos, brillantes, belleza de cara lavada, bonitos, recoletos, hondos, acariciantes, otoñales… Todo más cercano, siempre, a las sensaciones que a lo que canónicamente enseñan que forma parte de la descripción de un vino.
Por lo demás, no te preocupes si discrepas, que eso es bueno 🙂
Saludos,
Jose
Bueno Jose, no haría falta decirlo, pero, eso es una buena parte lo especial de este blog, y que así siga siendo para disfrute de los que te leemos!!
Gracias,